lunes, 17 de noviembre de 2008

Otras causas de la actual crisis financiera, según un catedrático de la Pompeu Fabra, el profesor Montalvo...





" El origen de todos los problemas financieros actuales es muy simple: los "incentivos perversos" en todos los participantes en el mercado inmobiliario y financiero. Hablemos de EEUU (con algunas variaciones los problemas han sido similares en España). Muchas familias norteamericanas se embarcaron en comprar viviendas que eran excesivamente caras para su capacidad financiera (...). Pero, ¿por qué prestaron los bancos a clientes poco solventes? Porque sus incentivos eran "perversos". Los ejecutivos tenían interés en generar muchos beneficios para cobrar un elevado bonus (...). Si se equivocaban no pasaba nada: tenían sus enormes indemnizaciones por despido.
Los vendedores de hipoteca cobraban jugosos incentivos por cliente hipotecario conseguido (con independencia de su calidad). Peor aún: la comisión que conseguían dependía del diferencial de tipo de interés que el banco podía cargar a ese cliente frente al tipo que le cargaría otro banco por un crédito similar (...). Luego, los bancos titulizaron paquetes de créditos de alto riesgo y consiguieron la máxima calificación de las agencias de rating. ¿Cómo engañaron los bancos a las agencias de calificación? No hizo falta. De nuevo existían "incentivos perversos". El banco sólo paga por los trabajos de calificación de los bonos emitidos a partir de las hipotecas si la agencia le da el rating que desea. De otra forma, se va a la caza de un mejor rating (rating shopping).
Para no perder clientes, las agencias de rating daban la mejor calificación a los títulos con independencia del riesgo de las hipotecas, a sabiendas de que si una no lo hacía había otras dispuestas a hacerlo.
Finalmente los grandes fondos soberanos, hedge funds, etc., tenían una liquidez enorme, fruto de los bajos tipos de interés mantenidos durante mucho tiempo. Todos los inversores buscaban desesperadamente activos en los que invertir que proporcionaran una rentabilidad superior a la de los títulos del Tesoro. Los activos generados a partir de las hipotecas de alto riesgo les parecieron ideales: daban una rentabilidad algo superior y, aparentemente, sin un riesgo significativo (dado que tenían la máxima calificación, AAA).
Pero, ¿y el regulador? Sorpresa... sus incentivos eran igualmente "perversos". Las administraciones Clinton y Bush presionaron a Fannie Mae y Freddie Mac (entidades esponsorizadas por el Gobierno Federal) para que expandieran sus créditos a familias de renta baja, incluso si eso suponía reducir la proporción de la entrada, dar créditos jumbo o entrar en el mercado subprime.
Así, los políticos podían colgarse la medalla de haber aumentado la proporción de dueños de viviendas (y aumentar sus votos). Por desgracia, los incentivos regulatorios "perversos" reforzaban los propios de los gestores de las dos entidades (más hipotecas-más beneficios-mayor bonus). Y así se llegó a la debacle de Freddie y Fannie, que ha sido uno de los hitos más importantes del colapso financiero actual.
¿Qué habría sido necesario para evitar la situación actual? Simplemente que los incentivos de los participantes en los mercados fueran los correctos y estuvieran alineados con el interés general. Por ejemplo, si las calificaciones de las agencias de rating las pagaran los inversores (como antiguamente) en lugar de los emisores de los bonos, los incentivos estarían alineados y el bucle de "incentivos perversos" se rompería.
En el caso español, por analogía, si las mayores sociedades de tasación en lugar de pertenecer a los bancos y cajas fueran independientes, muchos problemas presentes y futuros de morosidad no existirían. Decir que hace falta regulación es muy fácil. Es mucho más difícil conseguir un nivel de regulación razonable que no pretenda sustitur al mercado en todas las cosas que hace bien. Lo que hace falta son mecanismos que impidan que los "incentivos perversos" de corto plazo de los agentes, incluyendo los políticos, se multipliquen en la dirección contraria al interés general."

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Poema de Antonio titulado: "Limpio y claro"

Todo desaparecerá el día que me muera,
o el día que mi alma se derrita (que es lo mismo),
o el día que mis versos me contemplen,
en picado,
asomados a la fosa donde meterán mi caja.

Qué será de mis libros, pobrecillos
(aunque es difícil que lleguen a estar más apretados),
qué será del viejo costurero,
siempre olvidado,
donde guardo esos objetos tan sencillos (alguien diría viles)
que me fueron (ellos a mí) coleccionando.

Dinero, poco dejaré: recuerdos
creo que sí
(¿o soy sólo yo quien recuerda?).
Nada me pareció siempre
más extraño
que el hombre que moría sin un llanto a su lado.

Hermético no moriré, siempre limpio
y claro.
Nadie buscará en mí resplandecientes claves,
misterios, viudas secretas
o lugares apartados.
Los profetas morirán de hambre y los arqueólogos de hastío.

Poema de Antonio titulado: "Jerusalén"

... Y hay un camino que lleva a Jerusalén,
y en cada revuelta un hombre,
y en cada hombre un alejamiento
donde el jubón deja al aire una corazonada,
y en la distancia otra ciudad difusa
donde algún día el dios y yo nos encontraremos.

Poema titulado: "Nahal" (animal que, según los mayas, te acompaña desde que naces hasta la muerte)

¿Qué animal será el mío, que se me escapa?

Sin duda será animal pequeño,
quizás insecto,
quizás se me escapa porque es rápido, y yo lento,
quizás nuestras sombras apenas se cruzan.

Sin duda será pez, o pájaro de rama baja
(más que nada por el vértigo que me daría
tener o ser un ave exagerada),
sin duda gorrión vulgar tirando a obeso.

Quizás yo sea el nahal de mi animal,
y éste sea el mundo, todo fauna.
¿Nacimos a la vez el mundo y yo, por ello somos
(diría un filósofo de esos que no ríen)?

Poema de Antonio titulado: "Iconostasis"

Allá, donde todos ponemos nuestros recuerdos,
donde los colgamos del clavo
roñoso del olvido,
donde nunca miramos por si nos vuelven a herir
o a dar placer, o a hacer reir,

allá, donde todo es peligroso
porque nos haría jóvenes y débiles de nuevo,
donde se quedaron los amigos y los borradores
del amor (siempre arrugados y víctimas
del difumino de los años),

allá, donde todas las grietas son del tiempo
y todas las penas (qué remedio) llevaderas,
allá seguimos habitando mientras el día
siguiente nunca llega,
tal vez porque la fecha sin ayer no existe.

Poema de Antonio titulado: "Ichneumon"

Me levanté de su trono para el saqueo de tu nido.
Tenía los dientes blancos y el pelo sucio.
Tú eras el caos, yo el esquema,
y en tus plumas había luz y cacería.

Trepaba por papiros como quien trepa por una cadena.
A ti me encaramé para absorberte,
y al final tú me llevaste al desierto del desorden,
donde nos amamos cerca de cuatro mil años.

Apunte en prosa poética sobre el asesinato de Hoyo de Manzanares:

Aquel amigo que no lo era pero lo parecía, que se aburría con todos en verano, adolescente sentado en cada valla derruida del estío, una mañana degolló a una anciana para robarle cuatro perras.

Aquel amigo que no lo era, asesino confeso, nos dejó las manos manchadas de rumores y una sensación de esguince en la inocencia: tan escorzada quedó la víctima en las fotos que sacó el guardia civil desde la puerta (no quiso dar un paso hacia la sangre porque la sangre es algo que te empapa, más que la suela del zapato, la existencia).

Poema de Antonio titulado: "Arrepentimiento"

Tú lo quisiste así: no te arrepientas.
Como la lluvia que inunda el surco y lo destruye.
Como la lluvia que rompe la cobija de piedra
a fuerza de caer siglo tras siglo.

Nadie te pedirá una excusa (nadie un consejo).
Eres la lluvia fina que salpica el lienzo
sorprendido en el sobrado,
eres la lluvia basta que lo arrasa.

Poema de Antonio titulado: "Horror vacui"

¿Y si nos vamos?
¿Y si dejamos todas nuestras cosas,
las bellas y las otras (las tristes),
a nuestros acreedores (quién no los tiene en sus recuerdos),
y nos vamos a vivir mil años más allá, más lejos,
donde nadie tenga en su boca más que cánticos
sencillos y rosados?

¿Cuándo lo haremos?
¿Lo haremos todos de golpe? Esa riada
nos llevará a todos hasta un futuro sin objetos,
sólo brazos, piernas, torsos incorruptos
en un paisaje de luz sin apenas violencia
ni gestos.

¿Finalmente, nos agolparemos
al pie de un leño, de una palmera, de una encina sagrada?
Quiera el dios de los sinceros
que este montón de hombres y de sombras
no acabe pareciendo una gran tumba
colectiva o un inmenso y blando
montón de miedos.

Capitel con ángel

Capitel con ángel
Museo de Arte Cristiano y Bizantino de Atenas

Poema de Antonio titulado: "Angel de plumaje blanco"

Cuando yo muera,
¿qué saldrá por mi boca, abierta desde aquel amanecer?

Cuando me muera,
¿qué ángel de plumaje blanco? ¿Cuántos buitres desatentos?

Cuando muera,
¿él me abandonará, como me abandonaste tú, oh diosa, Poesía?